lunes, 19 de marzo de 2018

TAG DE LA MADRE

¡Ya lo tenéis aquí!

Os encanta. Está claro. Cada vez que salgo con ella, ¡os volvéis locos! Y por algo será... Hoy os traigo a la madre que me parió, y con muchas ganas, todo hay que decirlo. Llevábamos mucho tiempo queriendo grabar este TAG tan especial, así que, dicho y hecho.

Nosotros pasamos un ratico muy bueno grabándolo, además descubrimos algunas cosas, el uno del otro, que no sabíamos... ¿quieres enterarte tu también? ¡Corre a darle al play! :)


Mister Horriblee :)

lunes, 12 de marzo de 2018

DIARIO DE UNA NOCHE EN EL AEROPUERTO

Soy un ansia viva, lo sé. No tengo remedio. Mi vuelo sale a las 10 de la mañana pero no puedo arriesgarme a quedarme durmiendo o no tener medio de transporte para llegar como mínimo con 2  o 3 horas de antelación y facturar LAS maletas (que por cierto, he tenido que cerrar a base de sentarme encima de ellas). Decido salir de casa a las 8 de la tarde del día anterior (14 horas antes de la hora del vuelo, ole mis cojones) puesto que tengo 1 hora y 10 minutos de trayecto hasta llegar al aeropuerto, y yo soy muy previsor.

Sorprendentemente no se me hace demasiado largo a pesar de llevar más de 50 kilos arrastras... Son las 9 de la noche (he tardado 10 minutos menos de lo previsto - poco tráfico) y me dispongo a hacer mi vuelta de reconocimiento. 

Investigo dónde está el mostrador de facturación de mi aerolínea. Descubro donde están los aseos, donde puedo comprar algo de cenar y aleluya, cafetería nonstop 24 horas. Ea, no puede ser malo del todo...

A lo tonto ha pasado casi una hora. Son las 10 de la noche y voy a comerme un sándwich prefabricado con ultra-hiper-mega descuento del 60% porque caduca a las 23.59, pero la pela es la pela y aunque me toque salir corriendo al vater me arriesgo... Lo acompaño con un poco de chocolate pa subirme la moral y me lo como todo, todito, todo.

Cuando miro el reloj, tristemente solo son las 22.15... Mal vamos, esto va mu lento. Saco el iPad, pongo la lista de capítulos descargados de Netflix y al 3er capítulo de la misma serie estoy ya hasta los cojones. Investigó si hay free wifi (gratis vamos) y descubro que si-no. Te regalan 1h y media y luego tacatá, te pasan por la piedra. Que bien. 

Total que decido aprovechar esa hora y media al máximo. Voy primero al vater para dejarme las cosas hechas y no perder ese valioso tiempo de conexión gratis con el mundo, que digo yo que no se para que narices quiero los 20 gb que me da mi compañía de teléfono, pero vamos, no me voy a agobiar. Todavía queda noche por delante. 

Vuelvo al wifi, busco otra serie, se corta cada 6 segundos... ¿esto que es señores del aeropuerto? ¿No os da la vida pa contratar fibra y tenéis todavía el router RDSL? Seguro que si llamo a atención al cliente para poner una queja aparece la línea ocupada, ¿os acordáis de aquello? Me parto yo solo. 

Total que con un poco de paciencia consigo ver un capítulo diferente y me despejo. Me llama uno por teléfono, después me llama la otra, me lío de casquera y al final se me va una hora larga. Son las 12, de puta madre. Vuelvo a la serie de antes (la que llevaba descargada en el iPad por que me he quedado sin conexión wifi) y sorprendentemente me clavo otros 2 capítulos. Otra horita y media. 

Decido sacrificar mis 20 gb y me pongo “Cuéntame” ea, hoy estoy derrochon. Que bien, una hora y 20 minutos de capítulo. Cuando me quiero dar cuenta, entre que paro para ir a hacer “un pis”, a estirar las piernas y a mirar la pantallita de info, me planto en las 4 de la mañana... 

Me aburro, tengo angustia y me quiero dormir pero resulta que llevo absolutamente toda mi vida encima, os recuerdo, más de 50 kilos. Pero mira, no se que me pasa que pierdo la presencia de ánimo y cuando quiero abrir el ojo, son las 5 de la mañana. Me vuelvo a recostar y lo intento pero nada. La power nap (o modo reposo) me ha recargado las baterías para otro buen rato. Que bien.

Son las 5, faltan 3 horas para que abran la facturación de maletas y 5 horas para poder sentarme en el avión, ¿que coño hago? Y de repente, me acuerdo de vosotros... Entre pitos y flautas, no me va a dar tiempo de preparar vídeo para el domingo... Joder. No puedo haceros eso. Piensa con ese cerebro seco que tienes hijo mío. Ya está. Les escribo un post bonito para el lunes y van que se matan. Cuando quiero, soy la hostia repera.

Sigo escribiendo, leo, vuelvo a leer, modifico, cambio algunas cosas y vuelvo a perder la presencia de ánimo. Buah! Las 6.30 de la mañana. Me hago pis, guay. Entre que voy y vengo son 10 minutos más. ¿Y si voy a mirar otra vez la pantalla de información?

En esas entremedias me acuerdo de que llevo dos bultos de mano para subir al avión que obviamente deben convertirse en uno. Abro la maleta pequeña y la mochila, no se que hacer. Llevo unos vaqueros y una camisa por si aca, uno que es precavido, ya os lo he dicho antes. A tomar por saco la previsión. Me lo pongo encima de lo que ya llevo. Seguimos. Cables, ¿por qué tengo tantos cables? El ordenador, el iPad, batería externa, 2 paraguas, ¿2 paraguas? Lo de previsor se me ha ido de las manos, joder. 

No me preguntéis cómo pero consigo cerrar la maleta con la mochila dentro. Guay, otra cosa más conseguida. Son las 7.15. Tienen que estar a punto de abrir la facturación de las maletas. No me lo creo. Solo me queda facturarlas, que me pasen por la piedra (porque seguro que pesan más del límite permitido) y pasar el control de seguridad. Quítate el cinturón, descálzate, saca todos los cacharros electrónicos fuera de su funda, mete los líquidos en una bolsa. Joder, pensándolo se me ha hecho la hora de facturar.

Tranquilo, la muchacha parece maja. Actúa con normalidad y no como si llevases el doble del peso permitido... "Hello, good morning", todo ok. Pongo la primera maleta en la cinta y zas, 20.1 kg. Justa, justa, justa. Le pongo cara de “ya lo sabía” y planto la segunda maleta (en casa me pesaba 22,3 kg) y aquí 20,9 kg. Casi un kilo más de lo permitido. Vuelvo a mirarla con cara de por favor no me cobres ese extra, cuando me despacha con un “tenga feliz vuelo”. ¿Hola? ¿Ya está? Y yo preocupado. Lo más gracioso es que la maleta de mano pesará 15 kg por lo menos (los cables y los paraguas, joder) pero no me la ha comprobado. Chachi, el máximo son 10 kg. He sobrevivido, estoy un poco más cerca de llegar a casa aunque todavía que algo divertido...

Con un poco de miedo, por fin me acerco al control de seguridad. Más gente que en la guerra. Tengo angustia por la falta de sueño, pero no pasa nada, soy un hombre fuerte y me aguanto. Separa los líquidos, saca el portátil, el iPad y los móviles. Paso una vez, pito. Se me ha olvidado el cinturón. Me lo quito. Vuelvo a pasar, no pito. Que descanso. Mientras tanto mi maleta haciendo el baile del San Vito dentro de la máquina de rayos X, no me extraña. Una mochila dentro de una maleta, 3 kilómetros de cables y dos paraguas tienen que hacer interferencias. Pero no pasa nada. Finalmente me la devuelven. Ha pasado lo peor. 

Son las 8 y solo me queda una hora y 40 minutos más para que aparezca la info de mi puerta de embarque. Cuando llegue a mi casa reviento la cama. “Ponte otra vez la serie o te da algo aquí hijo mío...”

Que eternidad hasta que han querido anunciar cual es mi puerta de embarque. Parecía como si el tiempo cada vez fuera más despacio... Pero finalmente todo llega y para mi sorpresa, me pilla más cerca de lo que imaginaba.

Después de llegar casi el primero y tener que dejar pasar a los VIP, he embarcado sin problemas y las azafatas han sido encantadoras. Para mi sorpresa hay wifi en el avión así que como buen Millenial, "pa' que dormir habiendo wifi..." Vuelo normalito, sin turbulencias, eso si, me ha tocado al final del todo y me ha dado como yuyu peeeeeeero vuelvo a repetir, soy un hombre fuerte y yo puedo con todo. 

El comandante avisa de que estamos próximos a aterrizar y me da por mirar por la ventana. Tierra española, y pienso ¡qué maravilla! Aterrizaje sin más. Me toca esperarme a que todos salgan porque no se les ocurre abrir la puerta de atrás. Ok, hago esfuerzos por no vomitar del calor y el cansancio. Salgo como un chusque cuando no queda nadie más y me voy de correprisas a la sala de recogida de equipaje. Como llevo más de 48 horas sin dormir no veo un pijo (ni con gafas, ni sin gafas) y en la pantalla veo "vuelo procedente de Londres --> cinta nº8" y yo para allá que voy pero después de más de 15 minutos viendo la misma maleta pasar una y otra vez, vuelvo a comprobar la pantalla y me doy cuenta de que han llegado a la vez dos vuelos procedentes de Londres. Así que me cambio a la cinta nº 2 y allí estaban mis maletitas solitas porque el resto del mundo ya lo había hecho. Las agarro como puedo, las monto en el carro y me quedo mirando... Parece que me voy a Hogwarts.

Y casi como un ángel bajado del cielo me encuentro con mi salvadora a la salida de la terminal, que me ayuda a montar las maletas en el coche, poniéndome chorreando porque no para de llover pero me da igual. Nos abrazamos. Siento el calor del hogar. Estoy un poquito más cerca de casa. Ya queda menos. La compañía no puede ser mejor, alguien querido y amado, le cuento cosas, me cuenta cosas, me clavo una hamburguesa con ingentes calorías y de vuelta otra vez en el coche me quedo traspuesto. Estoy muy nervioso por llegar a casa. Quiero sentarme en mi sofá entre los dos, sentirme cobijado y saber que "todo estará bien"...

Mister Horriblee

lunes, 5 de marzo de 2018

DÍA DE SHOPPING EN LONDRES

¡Cuánto me gustará un sarao!

Es que no lo puedo remediar. Si juntas en el mismo día risas, unas compras, el buen comer y Londres te digo yo que la mezcla resultante es explosiva.

Sin duda fue un día muy chachi que me encantó grabar para poder compartir con todos vosotros. Es cortito, lo sé, pero es mejor que nada. No me enrollo más porque una imagen vale más que 1.000 palabras... ¡Dale al play!


Kisses :)
Mister Horriblee