miércoles, 2 de abril de 2014

Lo que no me pase a mí...

¡Hola queridos míos!

¿Cómo va la tarde? ¿Horrible, aburrida, divertida? En cualquier caso aquí estoy yo para contaros un poco más acerca de mi horrible y emocionante vida (todo hay que decirlo).

Como ya os conté, llevo varios días un poco trastornado. No se si será el cambio de hora, la universidad, el colegio, los 1.000 trabajos que tengo que hacer, el blog... El caso es que ¡NO PUEDO CON MI VIDA! Siempre me he considerado una persona responsable, madura y puntual... Pero vamos, ¡eso era hasta hoy!

Llevo cerca de dos meses intentando concertar una cita muy importante que decidirá el destino de mi carrera y ese día ha sido hoy. A las seis de la tarde iba a llevarse a cabo la toma de contacto con una de las personas que decidirán si soy competente o no para obtener mi tan ansiado y preciado título universitario.

Para los que no me conozcáis me considero de esas personas partidarias de la maravillosa costumbre española de la siesta. Qué queréis que os diga, me parece algo que hay que expandir a lo largo y ancho de todo el mundo. ¿A quién no le sienta bien un "ratito" de desconexión después de comer, con el estómago lleno y tapadico en el sofá con la manta? 

Es cierto que las siestas de "pijama y orinal" sientan regular. Te levantas un poco "medio grogui" y ya puede estar acabándose el mundo que, entremedias de tu aturdimiento mental, no te enteras de "ná". Pues bien, yo llevo dos días que pierdo la presencia de ánimo absolutamente y ni los cacharritos que salen en "La guerra de los mundos" pueden venir a sacarme de ese maravilloso y profundo sueño que me invade por completo.

El objetivo de hoy era no echarme la siesta y para ello me he colocado en el sofá de manera "poco cómoda" para no caer en la tentación de "echar un pestañeo" y me he puesto a ver la tele. Hasta ahí bien. Lo siguiente que recuerdo es correr como si no hubiera un mañana por la calle, con el bolso arrastras, el pelo sin peinar y los zapatos a lo "mazuela" a las seis y veinte de la tarde. Me había quedado durmiendo pero lo peor estaba aún por llegar. Al llegar a la universidad me he sentido un poco Carrie Bradshaw pero sin los tacones, ¡sólo me faltaba eso! Me he metido en el ascensor y exactamente en los 15 segundos que dura el trayecto hasta la tercera planta me he abrochado los zapatos, me he peinado como he podido y me he echado un chicle a la boca. Cuando se han abierto las puertas parecía otro totalmente. Por supuesto, el aturdimiento aun duraba. Tres horas de siesta dan perfectamente para tres horas de "espesez" mental. 

Cuando he llegado a la puerta del despacho la sorpresa ha sido muy grata. La reunión anterior llevaba retraso con lo cual mis carreras y esfuerzos por parecer otro en el ascensor no habían servido para nada. Me he sentado a esperar, cosa que no me ha venido muy bien para mi "empanamiento", ya que se ha agravado mucho más. La reunión ha sido fluida y muy amena aunque los 5 primeros minutos he tenido que luchar con un mono con platillos que había dando zambombazos en mi cabeza. Eso sí, cuando lo he desterrado, he puesto los 5 sentidos a tope, como os he dicho me considero una persona responsable.





Espero que os haya entretenido un poco. La verdad es que me he reído mucho escribiéndolo, aunque el rato de angustia corriendo por la calle no se lo deseo a nadie. Suerte que sólo ha quedado en un susto. Seguiré atento a vuestros comentarios y muestras de afecto, ¡vosotros lo hacéis posible! ¡¡¡Gracias!!!

¡Besos horribles míos!
Mr. Horrible

4 comentarios:

  1. Ahora entiendo porqué no te has parado a besarme como haces siempre :). Me encanta Bor sigue escribiendo que lo haces de maravilla.

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    1. Jajajaja ¡tú has sido testigo de mi angustia! ¡Ay señor, llévame pronto! XD La próxima vez, ¡¡¡cuatro besos te doy!!! :)

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  2. Seguro que lo has hecho genial! Despeinado tienes tu punto :P

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    1. jajajaja Muchas gracias pero ¡el hombre se tuvo que quedar a cuadros! XD

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